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El Bolero es un género musical con origen en Cuba y desarrollado en varios países hispanoamericanos como México, República Dominicana, Puerto Rico, Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Venezuela, siendo popular en todos los países hispanoamericanos. Se caracteriza por la melodía vocal del artista que lo interpreta, de la misma forma que los elementos como las guitarras, la percusion, y un emparentamiento dentro del folklore de la danza, el tango, la balada y aportes adicionales en los distintos países donde fue interpretado.

Parece ser que las raíces del bolero están en los compases de la contradanza del siglo XVIII. También son identificables en el género algunos elementos rítmicos en formas de composición que aparecieron en el folclore cubano durante el siglo XIX como el danzón y la habanera. Precisamente esta última presenta una gran afinidad rítmica con el bolero.

En 1793 ya se reporta la existencia de los primeros cantantes que, como Javier Cunha y Nicolás Capouya (éste último no dejó composiciones escritas), componían canciones con ciertas similitudes con el bolero, tanto musicales como temáticas.

Aunque existen diversas teorías sobre el origen del bolero, alguna de las cuales señala a Europa como la cuna del género, la práctica señala a Cuba como la indudable creadora de este genero musical, que más tarde se extendió por Latinoamérica.

El bolero típico cubano surge definitivamente alrededor de 1840. Se acepta que el primer bolero fue Tristezas, escrito por el cubano José Pepe Sánchez en Santiago de Cuba en 1886; aunque algunos difieren de la fecha, lo importante es que esa pieza dio origen formal al género y con el acompañamiento musical que denominamos «clásico» (las guitarras y la percusión). Así el bolero evolucionó de música de cantinas y peñas a música de serenatas. Según el musicólogo cubano Argeliers León, la música yucateca de México jugó un papel importante en el nacimiento del bolero cubano, por la mezcla de rasgueado y punteado, que se introdujo a la isla a finales del siglo XlX como un nuevo estilo de acompañamiento en la guitarra.

La impronta musical de Cuba se hizo sentir no sólo con el bolero sino con el son, el danzón, la guaracha, el mambo y el cha-cha-chá, entre otros. Los países de la cuenca del gran Caribe hispano asumieron pronto como propio el producto que Cuba les daba entre la década de los veinte y los treinta. Eso permitiría la fusión y el engrandecimiento del bolero con otros géneros musicales, dándose como resultados los subgéneros: bolero rítmico, bolero cha-cha-chá, bolero mambo, el bolero ranchero (mezcla de bolero y mariachi mexicano), el bolero son (creación de Miguel Matamoros), el bolero moruno (bolero con mezclas gitanas e hispánicas) e inclusive la bachata, una especie de bolero originado en los suburbios marginados de República Dominicana.

Desarrollo y orquestación del bolero

Primero sería la era de los tríos de guitarra, luego las grandes orquestas tropicales, las orquestas al estilo big band y por último, verdaderas orquestas sinfónicas que darían forma al acompañamiento musical del bolero que durante casi treinta años (1935–1965) dominó, como género, el espectro musical latinoamericano.

Otro hecho que contribuirá al ascenso del bolero es la inesperada muerte del rey del tango, Carlos Gardel, en 1935, que dejó a dicho género musical sureño sin un destacado intérprete. Por ello decayó el afán por el tango tras la muerte de su mejor voz, y ese vacío provocó un mayor auge del bolero, sobre todo en el cono sur del continente americano.

También fue fundamental el desarrollo de los recursos comunicativos de la época como la radio, las películas, los programas en vivo en televisión y las grabaciones en discos, primero los de 78 revoluciones por minuto, luego lo de 45 rpm y finalmente los de 33 rpm, llamados Long Plays o LP´s. Cuba y México se convirtieron en las verdaderas mecas para los centros artísticos, y muchos artistas de toda la región participaron y se destacaron como compositores e intérpretes.

Otro factor que contribuyó al auge de la era dorada del bolero lo constituye el relativo aislamiento cultural de América Latina en los años cercanos y posteriores a la primera guerra mundial. Esto permitió al Bolero cultivarse y desarrollarse con calma sin claras competencias que lo amenazaran. A su vez, la existencia de regímenes militares de facto, influyó curiosamente en el éxito del bolero, pues a estos gobiernos les convenía ver a la población entretenida en sus gustos, para que olvidaran la política, por ello la era dorada del bolero está asociada en gran parte al periodo de las dictaduras de los años treinta, cuarenta y cincuenta. Así mismo la difusión de ídolos por medio del cine le dio una enorme difusión y vigencia.

El ritmo del bolero es de un compás de cuatro tiempos. En el primer tiempo la pareja, uno frente a otro y con los cuerpos pegados, solo mueve la pelvis, en el segundo da un paso rápido, en el tercero también, y en el cuarto da un paso lento; todo esto mientras se gira lentamente hacia la izquierda. Esta forma de bailar tan simple lo hizo popular en todo el mundo, en todos los ambientes y entre todas las clases sociales. .